lunes, 10 de octubre de 2011

La semilla Mágica de América: QUINOA

Los Incas la veneraban, los españoles la prohibieron y los norteamericanos redescubrieron sus excepcionales propiedades  nutritivas, ya que no existe en el reino animal o vegetal un alimento tan completo como la Quinoa.

Tal vez nunca escuchaste su nombre y sin embargo, los pueblos pre-incaicos cultivaban la Quinoa por lo menos desde el año 3000 a.c. Sus extraordinarias propiedades la convirtieron en una planta sagrada y por eso fue venerada por los antiguos Incas, quienes la llamaban “Grano Madre”.
Se cuenta que los españoles prohibieron su cultivo, recelosos por la fortaleza que proporcionaba a los aborígenes, o tal vez, por su connotación mítica, y así cayó prácticamente en el olvido.
Aunque en estos tiempos distintas situaciones se conjugan para darle el lugar de honor que se merece por sus extraordinarias cualidades.
En 1989 la Academia de Ciencias de Estados Unidos conmocionó a la comunidad científica con el informe “Los cultivos olvidados de los Incas” , en el que se detallaban las excepcionales cualidades nutricionales de la Quinoa.
Sin embargo, fue la NASA la que realizó mayores investigaciones, buscando alimentos altamente nutritivos que pudieran cultivarse en el espacio, adecuados para los viajes espaciales de larga duración. Y la humilde Quinoa, junto con el Amaranto, fueron los elegidos.
La semilla comestible de la planta es un pseudo-cereal, excepcionalmente alta en “lisina”, un aminoácido que no abunda en el reino vegetal, buen complemento para las legumbres, que a menudo tienen poca metionina” y “cistina”, es una buena fuente de “fósforo, calcio, hierro, vitamina E y varias de las “Vitaminas del Complejo B”.
Cereales como la “Cebada, el Maíz, o el Arroz” tienen generalmente menos de la mitad de las proteínas que contiene la Quinoa.

Los aminoácidos son las sustancias que forman los cimientos estructurales de las proteínas.  Son compuestos químico-orgánicos que se derivan de los ácidos orgánicos. Algunos aminoácidos pueden formarse u obtenerse de los productos de la digestión o porque el organismo los sintetiza a partir de otras sustancias. No obstante, hay otro tipo de aminoácidos, los llamados “aminoácidos esenciales”, (diez de los veinte aminoácidos conocidos), que el organismo no puede formar a partir de otros elementos o compuestos.
También se los conoce como “aminoácidos imprescindibles”. En este caso, el organismo debe tomarlos directamente de la alimentación. Estos aminoácidos esenciales se encuentran en los cereales, la carne, los huevos y la leche. Hasta hace unos 25 años, se consideraba la carne, la leche y los huevos como los alimentos ejemplares en aminoácidos. Sin embargo, la investigación más reciente demostró que dos cereales igualan – El Amaranto – ó superan – La Quinoa – a la composición de aminoácidos de aquellos otros alimentos. Con la ventaja de estar provistos de un buen equipamiento adicional de vitaminas, minerales y fibras, y de no tener exceso de grasas, colesterol ni ácido úrico.

La “Lisina” es el más destacado de los diez aminoácidos esenciales. Es fundamental en la dieta de todos los animales superiores. Tiene funciones claves en el desarrollo de las células del cerebro humano y en el crecimiento del organismo. Por eso se asocia la “Lisina” con el desarrollo de la Inteligencia, la rapidez de los reflejos y otras funciones cerebrales como la memoria y el aprendizaje. Una dieta baja en “Lisina” impide el crecimiento normal del organismo de los niños ni de sus funciones cerebrales. Y la Quinoa es riquísima en “Lisina”, algo así como un plus de todos sus beneficios.
Fuente : Revista “Sano & Natural”